Disfrutamos mucho la decoración auténtica, aunque la habitación era bastante pequeña.

Las habitaciones, como la Amira Double Room, ofrecen un ambiente acogedor y auténtico con una decoración que captura la esencia local. La ubicación en el corazón del barrio tradicional permite sumergirse en la cultura de la ciudad, ideal para pasear y explorar los mercados cercanos.

El ruido externo es notable, especialmente por la falta de aislamiento en las habitaciones. Las ventanas del baño no cerraban, lo que amplificaba los sonidos de la calle. El desayuno se servía tarde, a las 9, lo que supone un inconveniente si tienes excursiones temprano, y además, no había jabón en el baño ni durante la estancia. Al hacer el check-out, no había personal para dejar las maletas, lo que fue incómodo.

Tuve una estancia bastante agradable en el Riad Tarik. La atención de Tarik fue exquisita, siempre disponible para ayudarnos y hasta se encargó de imprimir nuestros vuelos sin costo. Desayunamos la mejor comida local en la terraza, lo que fue un verdadero placer. Volveré!

El desayuno en la terraza era más encantador que ver un atardecer en el Sahara. Había unos croissants que parecían bailar de lo frescos que estaban y un té de menta que sabía a la más dulce de las sonrisas. Tarik, el anfitrión, es un verdadero héroe mermelada de la hospitalidad. siempre tenía la solución perfecta para cualquier problema.

Habitación algo pequeña

Chicos, la comida aquí es otro nivel! Los sándwiches a la parrilla son una delicia, perfectos para recargar energías después de explorar. disfruté del rico desayuno en la terraza, con vistas encantadoras. Y no puedo dejar de mencionar a Tarik, un anfitrión excepcional que se preocupa por su gente.

Desafortunadamente, me tocó una habitación fría en el sótano durante la noche de Año Nuevo, y eso no fue lo ideal. Además, hubo un pequeño lío con mi reserva para el tour al desierto, lo que me llevó a pagar de nuevo el hotel, pero al final, la experiencia en Marrakech fue increíble.